La Vitamina D favorece el crecimiento y formación de los huesos. La principal fuente de Vitamina D es la luz del sol, pero los cambios en los estilos de vida han hecho que el déficit de vitamina D pueda ser un problema habitual en los recién nacidos.
La lactancia materna aporta una pequeña cantidad de Vitamina D a nuestro bebé, pero esto no es suficiente si nuestro recién nacido no recibe una pequeña cantidad de luz solar al día.
Según las recomendaciones, nuestro bebé debería pasar unos siete minutos al día expuesto a la luz solar no directa, pero esta recomendación es muy relativa ya que el sol no tiene la misma intensidad en las distintas localizaciones , tampoco en todos los lugares se dispone de días soleados como para satisfacer estas necesidades.
Nunca debemos tener a nuestro bebé bajo la luz directa del sol ya que su piel no ha desarrollado por completo sus defensas, lo conveniente es que esté cerca de una ventana y principalmente en las horas finales del día.
La lactancia artificial, ya que se manipula a conveniencia de sus fabricantes, está más suplementada con Vitamina D, esto no quiere decir que tu bebé no deba tomar un suplemento de Vitamina D si tu pediatra te lo prescribe.
En resumen, los suplementos de vitamina D son una ayuda extra para suplementar las posibles carencias de esta vitamina en nuestro recién nacido. De esta manera aseguramos un correcto desarrollo de los huesos y del crecimiento de nuestro bebé.
Esperamos os haya sido útil este artículo, preguntarnos cualquier duda mediante los comentarios.
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